lunes, 30 de junio de 2008

¿Ya es tarde?


Tengo la sensación de que lo mío es llegar siempre tarde, o más bien el no darme cuenta a tiempo de las cosas, quizás por esa pequeña falta de confianza que me acecha de vez en cuando en numerosas ocasiones. Y observo como la gente se va subiendo a mis trenes sin darme si quiera tiempo a reaccionar. Y me veo allí, en la estación, con el pañuelo en la mano, no para agitarlo en señal de despedida, sino para secar las lágrimas que van cayendo por mis mejillas. Y me quedo esperando a que llegue el siguiente tren, mientras escucho una voz interior que me va diciendo, la próxima vez estate más atenta y sobre todo más rápida!

martes, 24 de junio de 2008

Minivacaciones


Tiririiiiii!! Se hace saber...!!! Que voy a cerrar unos días por mini-vacaciones!!!!!
Sí, como cada año mañana me voy a las fiestas de Soria!! A desconectar de Madrid y a pasármelo de lujo! jejeje
Así que señoras y señores… hasta el domingo!!

Ah! Ni que decir tiene que podéis pasar por aquí a tomaros una cañita y algo de picar a mi salud mientras yo no estoy, que yo lo haré por vosotros!

viernes, 20 de junio de 2008

Menospausa


A veces siento que estoy viviendo una menopausia juvenil.
Mi estado de ánimo va cambiando por días con una facilidad sorprendente. Voy en el carrito de una montaña rusa en la que descargo adrenalina a chorros cada vez que subo y bajo las cuestas.
A esto le podemos añadir las olas africanas de calor que trae el verano, que hacen que los sofocos se intensifiquen. Vivo en un horno sin aire acondicionado donde los sudores se desatan cada 3x2 al compás de las horas.
El insomnio acecha a la vuelta del sofá cada noche descuadrando mis horarios y mis rutinas.
El cansancio me ronda y me achicopala y es entonces cuando me digo… ea! Menos pausa y céntrate!

lunes, 16 de junio de 2008

Titirimundi


Me gustaría saber quien maneja los hilos en este teatrillo que se hace llamar mundo para decirle: - Psss, jefe! Mira a ver que se te ha debido de enroscar mi hilo en alguna parte, me estás ahorcando y no hay forma de que mi vida avance –.
Nos movemos en un sentido u otro dentro de un retablo, según el antojo y la voluntad de un ente que determina los factores y causas ajenas que se interponen en nuestro camino.
A veces me siento marioneta de guante en un guiñol. Alguien me mete una mano digamos… por detrás, para que suene más fino, mientras guía mis pasos y si trato de oponerme, zas! cachiporrazo al canto.
En ocasiones soy sombra chinesca en un teatro de sombras, donde predomina la oscuridad y mi destino está en las manos de alguien, que interponiéndose entre una fuente de luz y una pantalla o pared, obtienen un resultado u otro en base a la posición y el movimiento de estas extremidades.
Y otras veces soy un títere, suspendida por hilos Kévlar, que tiran de mí y me arrastran de aquí para allá dando tumbos.
Me gustaría saber quien es el titiritero, quien se encarga de ir por ahí sin dejar títere con cabeza.

lunes, 9 de junio de 2008

Repelente


Hace relativamente no mucho tiempo, descubrí que hay un olor común en ciertos hombres que me repele. Sí, la primera vez que lo olí no le di importancia, sabía que me repudiaba pero pensé que era momentáneo o algo así. Al olerlo por segunda vez en otro tío distinto me empecé a mosquear, pero el otro día, cuando lo olí por tercera vez en otro chico diferente a los dos anteriores, me di cuenta de que es un olor que no soporto, no lo aguanto, es superior a mi, lo huelo y se me revuelve algo por dentro. Es un olor intenso y raro a su vez, quiero decir que no es olor a sudor, ni nada parecido, pero no puedo con él, es difícil de explicar.
No encuentro un nexo común en los tres tíos, así que no se a que se debe. Tampoco se si es un olor que solo percibo yo, porque no lo he comentado con nadie. La primera persona de género masculino que desprendía este olor era alguien a quien tenía que ver todos los días, con lo cual, era un tanto difícil de llevar. Intentaba no respirar cuando estaba cerca, pero no lograba aguantar más de…20 segundos? No es suficiente, el olor dura y dura, no se va, cuando vuelvo a respirar sigue ahí.
El segundo tío era un conocido, un chico muy majo, simpático, pero tenía el mismo olor.
Y el tercero que desprendía este característico aroma fue un tío cualquiera en el metro, no le conocía de nada, pero me llamó poderosamente la atención el mismo olor que repudio.
No le encuentro explicación, puede que sea una alarma! Puede que ese olor me avise de que esté al tanto, que la persona en cuestión no es de fiar o que somos incompatibles o… No se! por más vueltas que le he dado no consigo encontrar una causa lógica.

viernes, 6 de junio de 2008

Seis Grados de Separación


Las coincidencias y casualidades se suceden a lo largo de nuestra vida de forma increíble. ¿Quién no ha descubierto alguna vez hablando con un desconocido que al final resulta ser amigo de un amigo y que comparten conocidos comunes?

Seis grados de separación es una teoría que intenta probar el dicho de "el mundo es un pañuelo", es decir, que cualquiera en la Tierra puede estar conectada a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios, conectando a ambas personas con sólo seis enlaces.
La teoría fue inicialmente propuesta en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en una corta historia llamada “Chains”. El concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.
Posteriormente, la teoría fue enunciada matemáticamente en los años 50 por Ithiel de Soda Pool y Manfred Kochen, y “demostrada” empíricamente por el psicólogo Stanley Milgram en 1967. El experimento fue denominado “el experimento del Pequeño Mundo” y consistió en seleccionar al azar una serie de personas del Medio Oeste americano, para que enviaran postales a un extraño del cual conocían el nombre, la ocupación y la localización aproximada. El sistema consiste en enviar la tarjeta postal a la persona conocida con más posibilidades de conocer al extraño, y darle instrucciones para que hiciera a su vez lo mismo.
Aunque se esperaban decenas o cientos de enlaces, los paquetes llegaron con un número sorprendentemente bajo de enlaces (de 5 a 7).

¿Os dais cuenta de que puede que conozca a alguno de los amigos de vuestros amigos? ¿O incluso a algún amigo vuestro? ¡Que tenemos gente en común!
¿Y a vosotros? ¿De quién os gustaría estar a sólo 6 pasos? ¿Alguna coincidencia curiosa que contar?

jueves, 5 de junio de 2008

El Zapato


Por aquel entonces no contaba más que con un zapato. Todo el mundo le miraba extrañado. Algunos se reían, otros le miraban con compasión, pero por un motivo o por otro, todo el mundo cuchicheaba a sus espaldas. Esto a él no le importaba, sólo tenía dos preocupaciones.

Una, encontrar el otro zapato, su otro zapato. No quería un par nuevo. Para ello se dedicaba a andar y a andar. Andaba por la mañana, por la tarde, por la noche, se pasaba el día andando. Recorría varios kilómetros a lo largo del día en busca de aquello que le faltaba, aquel calzado que le daría la total estabilidad y resistencia sobre el terreno que pisaba. Rebuscaba en los lugares más insólitos, en aquellos recovecos donde a penas cabe un calcetín, con la esperanza de obtenerlo.
Su otra preocupación era conservar los cordones de su único zapato en perfecto estado. Esos cordones mantenían su zapato sujeto, eran la base y el pilar de lo único que tenía, así que dedicaba tiempo y esfuerzo, mientras descansaba en sus caminatas, a que no se salieran de ningún agujero, que no se doblaran y se liaran, que no se rompieran...

Llevaba ya muchos años buscando, tanto que había olvidado que fue lo que pasó. No sabía si había perdido el otro zapato, si nunca llegó a tenerlo o si se lo robaron.
No lo llegó a encontrar, pero de pronto un día, en el lugar más inesperado encontró la horma… de su zapato.

miércoles, 4 de junio de 2008

A animarse toca!

Hoy no se puede decir que esté con el ánimo subido, así que antes de deprimir al personal prefiero poner un poco de musiquita para animar la tasca.

lunes, 2 de junio de 2008

La incertidumbre


¿Hay algo peor que la incertidumbre? ¿Hay algo más frustrante que el no saber o el no disponer de esa información suficiente, necesaria para resolver determinados asuntos?
No me gusta la sensación que provoca no saber por qué pasan las cosas, no saber qué va a pasar, no conocer esos pequeños detalles que podrían cambiar el rumbo de mi vida. A mí la incertidumbre me mata, me sumerge en un estado de angustia que me enerva y me consume.
Lo peor son las cavilaciones que la incertidumbre provoca. Todo un cúmulo de historias que vienen a mi cabeza como ráfagas de las peores películas, suposiciones que van y vienen sin sentido alguno y que en numerosas ocasiones tienden a crear las historias más raras que pueda haber. Otras veces sin embargo el desenlace que se crea en mi imaginación tiene un final feliz, todo termina tal y cómo yo quiero que termine, pero cuando finalmente esto no coincide con la realidad, la decepción se apodera de mi.
Y vuelve la incertidumbre. Y vuelta a empezar...